Serpientes de mar junto a la Capilla Sixtina

(Recorrido por los Museos Vaticanos, un santo despellejado y la plaza de San Pedro) Por Reinaldo Spitaletta Cuando estábamos entrando a los Museos Vaticanos (o, en genérico, Museo Vaticano), en medio de una romería de todos los colores y lenguas, recordé los días del colegio nocturno, con un profesor de historia de nombre apropiado para

Coliseo romano, a la vista

(Crónica del primer día en la Ciudad Eterna, con barrio de inmigrantes y gladiadores del recuerdo) Por Reinaldo Spitaletta Casi a la medianoche aterrizamos en Roma. A la salida del aeropuerto Leonardo Da Vinci o Fiumicino, había taxistas, algunos mal encarados, que ofrecían sus servicios. Uno, de tenis sucios y camisa por fuera, nos dijo

Praga, a vuelo de cuervo

(Crónica contrarreloj y con reloj astronómico, río musical y cafés con muchas historias) Por Reinaldo Spitaletta Praga, ciudad soñada, atrayente por su arquitectura, sus músicos y escritores, por sus poetas y muchachas bonitas. Un sueño que sigue aplazado porque, en seis horas, no es posible sino enamorarse a primera vista y querer volver en una

Cantos y lágrimas en Berlín

(Crónica con monumentos de asesinados por los nazis y un hotel de lujo) Había tierra en ellos y cavaban. Paul Celan Por Reinaldo Spitaletta 1 Memorial de los judíos La ciudad puede ser un laberinto, o un jeroglífico, también una memoria hospedada en esquinas, en edificios y calles, sobre los antejardines y en los cruces

Berlín con música de cámara

(Crónica con museos, “eutanasias” nazis y la evocación de una novela) Por Reinaldo Spitaletta Cuando vi el aviso luminoso azul y blanco que decía Alexanderplatz recordé fragmentos de la novela loca y revolucionaria y de dificultosa lectura de Alfred Döblin (Berlín Alexanderplatz), escritor que conoció, como nadie, creo, esta ciudad de antiguos cabarets, ciento setenta

Novi Sad, ciudad de los embelesos

(La más austrohúngara de las ciudades de Serbia y de las más bonitas) Por Reinaldo Spitaletta La vista del barrio viejo o del centro histórico de esta ciudad, a cien kilómetros de Belgrado, era como una revelación. Apareció, como emergiendo de la tierra, un enorme teatro, y luego unas calles adoquinadas, para caminarlas; y sensibilizando

Belgrado y la gatita Lola

(Crónica con un déspota medieval, una visión del Danubio y la memoria de Tito) Por Reinaldo Spitaletta En un pasillo del aeropuerto Nikolas Tesla, de Belgrado, vi una postal de muro, gigantesca, con construcciones de la antigua ciudad. Llegamos de noche y en el camino hacia el lugar de hospedaje (casa de amigos), las luces

Los días de Mr. Solo y un espía ruso

Por Reinaldo Spitaletta Se murió David McCallum al que conocimos en pantalla grande, la del Teatro Bello, construido a la italiana, con palcos y balcones con barandas metálicas bien torneadas, y que actuaba junto a quien, en la gallada de “cinéfilos”, llamábamos Míster Solo. Me enteré de su muerte y de inmediato me devolví a

Déjame que llore y te recuerde…

(Yuyo verde, un tango que de pronto nos llenó de conmociones y de lágrimas) Por Reinaldo Spitaletta Con la acumulación de años, como si fuera este fenómeno una apertura al conocimiento y la experiencia, se comienza a entender y a querer esos poemas que, con música bien sonada y melodía atrayente, ruedan por el asfalto,

Caminando por Pompeya… y la inundación

(Nostalgia de barrios que han cambiado, con Troilo y Homero Manzi) Por Reinaldo Spitaletta Guiado por tangos que me hablaron de ese barrio, de un puente, de un romance, me fui, hace ya años, a Nueva Pompeya. Quería saber de Puente Alsina, de una luz de almacén, del dramón de la pálida vecina, de los